A raíz del pronunciamiento de la Audiencia Provincial de Pontevedra, en su Auto de 22 de julio de 2019 que ratifica otro del Juzgado de Primera Instancia de Vigo confirmando la petición del padre para vacunar a sus hijos, a pesar de que la madre se oponía expresamente, queda claro que la prioridad en este tipo de asuntos es proteger el interés del menor.

En una sociedad en la que cada vez más todo se cuestiona y todo es criticable, a pesar de no tener siempre un conocimiento real y exhaustivo de lo que se cuestiona y se critica sucede, en no pocas ocasiones, que entre tanta confusión, exaltación de la individualidad y el derecho de cada uno a decidir sobre su propia vida y creencias se sacrifican valores superiores como puede ser la salud en general y, en particular, la de los propios hijos.

El Juzgado, ante el desacuerdo de los padres sobre la vacunación, le había dado la razón al padre, que es quien solicita que sus hijos sean vacunados en contra del deseo de su madre, teniendo en cuenta el superior interés de aquellos, los informes pediátricos y de salud pública sobre la necesidad de las vacunas para controlar las enfermedades transmisibles. Además, el Juzgado advierte de los problemas de escolarización que podrían tener los niños en caso de no ser vacunados.

La Audiencia, haciendo prevalecer el interés de los hijos, no discute el derecho de los padres a defender sus creencias ni obvia el que en España no sea obligatorio vacunarse, pero recalca que no puede quedar en manos de la decisión de uno de los padres un tema de tales consideraciones. Indica, además, que no se ha acreditado que las vacunas causen perjuicio a la salud.

La Organización Mundial de la Salud no deja de alertar sobre el aumento de enfermedades contagiosas en Europa debido en parte a la complacencia con respecto a la enfermedad y a la continua propagación de falsedades sobre las vacunas.

Si bien es cierto que los padres tienen derecho a decidir sobre la vida de sus hijos en cuanto a su educación, alimentación, creencias religiosas, etc, el tema de las vacunas no es baladí. Y es que, una decisión contraria a la vacunación en parte de la población puede tener consecuencias catastróficas para el resto. El catedrático en microbiología y divulgador científico Ignacio López-Goñi ha explicado la importancia de la inmunidad del grupo. De modo que, cuantas más personas estén vacunadas más inmune será el grupo y disminuyendo enormemente la posibilidad de contagio. Así por ejemplo, con relación al sarampión, si en una clase de guardería no hay ningún niño vacunado contra ese virus, se contagiarían el 85%.

Luego, en este caso se trata alertar de que la falta de conciencia sobre este tema en cuestión puede llevar a que el menor provoque otro tipo de infecciones. Y esa, es una responsabilidad que se debe asumir y por ello, actuar en consecuencia por encima de otras consideraciones.

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